Fecha: 2011-02-26
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Instantáneas, y no más… Miedo me da pensar en las diferentes interpretaciones que se puedan hacer de la galería de imágenes que hoy presento. Yo soy fotógrafo y me gusta ver la vida a través de mi cámara sin someter lo que veo a valoraciones subjetivas. Así pues, que nadie vea en ellas ningún tipo de crítica encubierta, ni a favor ni en contra de nada. Privar de la vida a un ser verdaderamente es una acción que puede resultar cruel o no atendiendo a los motivos. Nadie tiene culpa de que el hombre sea carnívoro, y también vegetariano, y puesto que hay que alimentarse para mantenerse con vida, sin más remedio lo tenemos que hacer a costa de otros seres vivos. A nadie, supongo, pasa desapercibido que lo que muestran las fotos es la fase que, sin ser espectáculo, forma parte de toda corrida de toros. No obstante también resulta espectacular la forma en que son despiezados los animales. En un santiamén, los operarios que se encargan de ello, haciendo alarde de una extraordinaria profesionalidad, adquirida sabe Dios en cuántas corridas, reducen al animal en las diferentes partes que al día siguiente serán demandadas, cada una por su nombre, en las carnicerías especializadas. ¡Hasta en esto hay Arte en el mundo de los toros!. Otra cosa es que no se quiera ver. No voy a afirmar que la visión captada por la cámara me agrade pero, como carnívoro que soy, sería ingenuo por mi parte manifestar que me resulta aprensivo. La vida es tal como es y hay cosas que no van a cambiar por mucho que nos empeñemos en ignorarlas, ¿o acaso es mejor pensar que existen fábricas de filetes cuando cogemos un paquete del frigorífico? En fin, que cada cual, conforme con sus principios, opine como le venga en gana, pero que conste que yo lo único que presento a juicio son unas instantáneas, y no más.

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